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sábado, 30 de noviembre de 2013

Pequeños placeres de la vida.

Hoy he decidido darme un baño en vez de una ducha como suele ser mi costumbre, y la verdad es que estoy muy contenta de haber tomado esta decisión, porque ha sido una experiencia muy gratificante y hace nada, muy pocos minutos le acabo de escribir a mi compañero de este blog que hoy creía que iba a escribir que sentía una necesidad imperiosa de hacerlo, y aquí estamos, con una toalla en la cabeza y con Phil Collins de fondo.
Pues como os he dicho antes, hoy he decidido darme un baño relajante, para evadirme un poco de este caótico mundo y tener tiempo para pensar y dedicarme un poco de tiempo a mí misma. Y así ha sido porque me he sentido como cuándo era pequeña cuándo mi madre me bañaba siendo una recién nacida, que feliz se puede sentir uno con un poco de agua, un poco de jabón, una esponja y las manos ( no penséis mal o hacedlo, es vuestra decisión, yo no os condiciono para nada, sois libres). Y no con tantos champús especiales, geles de baño, exfoliantes y cosas por el estilo, que intentan vendernos para sentirnos bien con nosotros mismos.
Pues estando sumergida en el agua mirando al techo, que por cierto tengo en mi casa un techo horroroso, me he transportado a cuándo era pequeña a cuándo no tenía preocupaciones, cuándo me lo pasaba en grande atrapando el agua que caía de la ducha entre mis manos, y un poco de jabón para producir jabón y poder hacer pompas y soplarlo. Que feliz se puede sentir una con tan poco.
Pero a la vez como veía que mis dedos empezaban a arrugarse por estar tanto tiempo sumergida en el agua no puedo deciros el tiempo exacto puede ser desde media hora a una hora, he pensado en como será mi vida cuándo sea mayor, cuándo sea una anciana.  Y  me encantaría poder estar un día como hoy en el que hace frío en el porche sentada con una manta y  con mi marido o pareja o arrejuntao, como queráis llamarlo sentado  a mi lado, mirando una puesta de sol ( veo muchas películas lo sé) , esas maravillas que nos regala la naturaleza y que tan a menudo ignoramos.
Y además hoy he descubierto esta página  http://www.elcajondegatsby.com/ que me parece maravillosa y os invito a que le echéis una ojeada porque no tiene desperdicio.
Y bueno concretamente de esta página  he leído una entrada que se titula: "Quien quiera peces que se moje el culo" y me ha parecido muy interesante y que además me ha echo reflexionar y mirar el mundo desde otra perspectiva, porque como bien dice en esta entrada, quejarnos se nos da de lujo y supongo que esta entrada me ha inspirado para escribir hoy.
Y creo que deberíamos abrir un poco  los ojos y fijarnos en  lo que ocurre a nuestro alrededor, que no todo gira en torno a nosotros mismos, y por tener este tipo de mentalidad nos perdemos millones de cosas, por ejemplo ayer mismo antes de irme a la biblioteca a estudiar un rato decidí ir a tomarme un café a una cafetería que esta cerca de la biblioteca y que me gusta mucho, pues junto con el café me sirvieron una galletita en  forma de corazón y me fijé en el resto de personas que estaban en el bar y a ninguna otra le pusieron una galleta con esta forma  y esto me chocó bastante porque me pregunté ¿ que hice yo que no hizo otra persona para que me otorgen con una galleta en forma de corazón? y es que me acordé de  una conversación que tuve otro día con un camarero de esa cafetería y me dijo ¿ Sabes qué? y yo le dije pues la verdad es que si no me das unas pistas más estoy un poco perdida y el camarero me respondió: eres una de las pocas personas que al entrar por la puerta das las buenas tardes y que pides lo que quieres con educación, nos la pides con un simple "por favor" que hace que tengamos ganas de seguir trabajando por personas como tú y que cuándo te lo llevamos a la mesa nos das las gracias con esa característica sonrisa que siempre tienes estampada en tu cara. Y creo que esa galletita es una muestra de aprecio que me dan así de una forma tan gratuita y que a una le hacen sentir especial.
Y creo que deberíamos disfrutar un poco más de estos pequeños placeres de la vida en mi caso muestras de afecto o un baño caliente.
Espero que seáis muy felices.

martes, 26 de noviembre de 2013

Deberíamos despegar los pies del suelo, sacarlos del tiesto. No hay nada de malo en romper un molde. No hay nada de malo en querer algo con las suficientes ganas como para salirse del montón. Como bien sabéis, para hacer una tortilla primero hay que romper un par de huevos. En esta vida hay que tener hambre. Hay que gritar. Hay que ser extraordinario, no importa en qué ni de qué manera. Serlo. Porque como bien dicen: los barcos están más seguros en los puertos, pero los barcos no se construyeron para eso. Las ganas, la fuerza, el carácter, la calma, la rabia, el amor, la tristeza, la perseverancia, el dolor y la felicidad no se tocan. Y sin embargo son las cosas que mueven el mundo. Y tal vez el problema sea no hablar de ellas.
Tengo ganas de ti; de recordar el roce de tus labios, recordar tu aroma, el tacto de tu piel. Tengo ganas de sentir tu alma junto a la mía, tengo ganas de sentir tu voz acariciando mis oídos, de sentir el calor de tu cuerpo cuando nos acurrucamos en el sofá. Tengo ganas de que me escuches, tengo ganas de escucharte… pero sobre todo tengo ganas de sentirte. Simplemente eres maravillosa, pero existía un problema… yo estaba echo para ti, pero tu no estabas echa para mí. Me gustaría poder convertir mi corazón en piedra… o poder congelarlo… Me gustaría, por una noche, poder conseguir dormir sin soñar tus caricias. Quiero olvidarte, quiero huir de tu recuerdo, correr hacia un lugar en que no existas, pero no puedo; porque aunque  sepa que tienes el poder de volver a destrozarme… sigo teniendo ganas de ti.